El más reciente estudio realizado por la firma CSA Group Inc., a solicitud de Puerto Rico Manufacturing Extension, Inc. (PRiMEX), concluyó que tras evaluar 221 edificios de empresas pequeñas y medianas de manufactura en la Isla -en su mayoría ocupados-, sobre el 85% tienen problemas estructurales y enfrentan riesgos ante un movimiento sísmico de gran magnitud.

“Se analizaron los peligros sísmicos potenciales en las estructuras de edificios de pequeñas y medianas empresas de manufactura, con herramientas de evaluación desarrolladas por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA). Los resultados reflejaron que muchas estructuras tienen irregularidades respecto a la modificación del diseño y construcción, sin considerar los códigos aplicables y las cargas laterales sísmicas”, expresó el director de programa de terremoto de Primex, Francisco García.

La metodología utilizada en el estudio se basó en el Procedimiento de Detección Visual Rápida (RVS) que identifica inventarios y recopila datos con información pertinente del edificio para el rendimiento sísmico.

“El 88% (141) de los edificios, requieren un análisis detallado más allá del RVS, para determinar su rendimiento sísmico, el 30% tenía puntajes bajos y el 70% tenía otros peligros presentes”, planteó García.

Sobre estos resultados, Carla Maldonado, representante de la firma CSA Group Inc., explicó que el 67% de las empresas evaluadas, tiene una combinación de factores que ponen en peligro sus edificios y que son muchas las estructuras informales sin los debidos códigos de construcción o con modificaciones realizadas por manos inexpertas.

“Hay mucha vulnerabilidad física y muchos edificios con comportamiento sísmico no aceptable, lo que significa que pueden colapsar, así como alteraciones que comprometen la seguridad. También edificios sin espacios entre ellos, por lo que ante un sismo uno puede afectar al otro”, expresó Maldonado.

Los hallazgos del estudio se agruparon en las deficiencias de la construcción informal de concreto, modificaciones, construcción informal de acero, posibilidad de golpeo entre edificios con diferentes alturas y estructuras de ladera con posible movimiento de deslizamiento de tierra durante el movimiento repentino de un terremoto.

El estudio incluyó la evaluación de lo que hacen otros destinos que tienen la misma vulnerabilidad sísmica que Puerto Rico.

Maldonado mostró fotografías del deterioro de los edificios evaluados y dijo que muchas de las grietas, la corrosión de varillas y en las bases de las columnas, pudieron prevenirse.

Mencionó, entre otros hallazgos, un sinnúmero de irregularidades como productos flamables mal colocados, falta de rotulación de material peligroso y salidas de emergencias bloqueadas, así como la falta de un plan de desalojo y punto de encuentro ante una emergencia.

Impacto de la falta de mantenimiento

Se informó que economizarse el presupuesto que se debe asignar al mantenimiento de los edificios de las empresas como la manufactura, a la larga sale más costoso que mantener las instalaciones en buen estado mediante la prevención. Ante un sismo, la destrucción de las estructuras y la paralización de la producción, suele conllevar altos costos, así lo reconocieron varios ingenieros que analizaron los resultados del estudio.

“Si por ejemplo, no atiendes el deterioro de una verja, luego se desborona y tienes que ponerla nueva, sale más caro que haberle dado mantenimiento a tiempo. Lo mismo ocurrió con el edificio Champlain Tower que colapsó en Miami, Florida, que además de la pérdida de vidas, el no tomar acción conllevó costos millonarios en reparaciones y seguros”, explicó el ingeniero José ‘Pepe’ Izquierdo.

Acorde con Izquierdo, la construcción de edificios debe conllevar el debido mantenimiento para que permanezcan en pie por mayor tiempo y no cedan ante fenómenos atmosféricos o movimientos telúricos, por lo que es esencial incluir este factor para lograr su preservación y evitar, tanto la pérdida de la vida humana como la destrucción de las estructuras.

Desde los terremotos del 2019, el Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico, ha discutido la importancia del mantenimiento y la construcción informal en la Isla, que aparte de las escuelas, ahora se visualiza en la manufactura.

“Los edificios no tienen una vida útil eterna. Olvidarse de ellos por 20 o 30 años es un error. Nosotros insistimos en que en Puerto Rico no existe la obligación de un plan de mantenimiento que incluya inspecciones periódicas para garantizar la vida útil de la estructura”, afirmó Félix Rivera, presidente de la Comisión de Terremotos del Colegio de Ingenieros.

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